miércoles, 5 de diciembre de 2007

Selección de la localización de los parques eólicos

1. Existe un amplio consenso acerca de la importancia crucial que tiene la localización de un parque eólico a la hora de producir impactos negativos sobre las aves. Los parques eólicos deben estar situados, diseñados y gestionados de tal forma que eviten causar impactos adversos sobre las aves prioritarias y amenazadas y sobre sus hábitats. Por lo tanto, debe evitarse, aplicando el Principio de Precaución, la ubicación de parques eólicos en los siguientes lugares:
  • Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Áreas Importantes para las Aves (IBA)
  • Espacios declarados o propuestos de la Red Natura 2000 y Espacios Naturales Protegidos.
  • Otros espacios importantes para aves con un estado de conservación desfavorable en Europa.
  • Lugares situados a lo largo de las principales rutas y pasos migratorios, donde se concentran un gran número de aves, como por ejemplo los pasos de montaña o el Estrecho de Gibraltar.
  • Hábitats en los que se conoce que la instalación de un parque eólico conlleva un alto riesgo de colisión para las aves (lo que debe ser evaluado en cada caso concreto a través de un análisis de riesgos). Los humedales y las cumbres de montaña son ejemplos de estas localizaciones especialmente críticas.
2. Los impactos negativos sobre la fauna silvestre deben ser evitados mediante una completa evaluación de las alternativas posibles y una adecuada selección de la localización (y del diseño). Para ello, existe la necesidad de identificar las especies y áreas de particular sensibilidad, mediante la elaboración de mapas de lugares potencialmente inadecuados para el desarrollo de la energía eólica basados en principios de conservación de la naturaleza. Esto requiere aumentar la información disponible, especialmente para el caso de parques eólicos marinos. El impacto de las infraestructuras asociadas, como líneas eléctricas, carreteras, actividades de mantenimiento, etc., también deber ser tenido en cuenta y evaluado de forma conjunta.

3. Hay una necesidad urgente de que las áreas marinas que deben ser conservadas (especialmente las ZEPA marinas) sean identificadas, designadas y protegidas, de manera que los criterios arriba descritos puedan ser aplicados tanto en áreas costeras como en áreas marinas. En caso contrario, el principio de precaución debería entenderse aún de forma más restrictiva si cabe hasta que se tenga un mayor conocimiento de estos ecosistemas y se pueda evaluar de forma segura cualquier propuesta de plan o proyecto.

Fuente: SEO / BirdLife

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