miércoles, 28 de noviembre de 2007

Parques eólicos marinos y gestión de la zona costera

El problema

Se está iniciando lo que, posiblemente y en un próximo futuro, sea un conflicto importante por los usos de la zona costera. En estos momentos parecen existir un par de propuestas de instalación de medidores de energía eólica en dos puntos de la costa gallega (en Malpica y Carnota), que, como es obvio, tienen como objetivo final la instalación de dos parques eólicos marinos.

Los usos de la zona costera

Los ecosistemas marinos cuentan con unos usuarios tradicionales, los pescadores, para los que todos admitimos derechos de uso (extracción) de los recursos vivos. Pero estos derechos, en el mejor de los casos y en España, se encuentran definidos de modo ambiguo legalmente o, en el peor de los casos, no tienen base legal en que sustentarse. Así, la realidad de la pesca costera española, salvando alguanas excepciones es un régimen de acceso abierto. Pero, el ámbito marino de la zona costera, es un territorio donde cada vez se concentran más intereses económicos. Al no existir derechos definidos para los diferentes usuarios no existe un procedimiento de toma de decisiones establecido ni una planificación estratégica del uso de los recursos (y como recurso primordial del espacio). De este modo, cada nuevo proyecto se presenta a la administración pública que debe evaluarlo y aprobarlo o no en función de su interés concreto y puntual y sus potenciales impactos ambientales.

Los impactos ambientales y su evaluación

Cualquier nuevo proyecto de uso de la zona costera, conlleva un mayor o menor, impacto ambiental y sobre los recursos pesqueros. Pero, ¿dónde participan los pescadores en la toma de decisiones?. En estos momentos su principal oportunidad se centra en la presentación de alegaciones basadas en el impacto ambiental de los proyectos.

El caso de los parque eólicos marinos

Pero volvamos a los parques eólicos marinos. Este es un problema si cabe especialmente complejo. Su objetivo es generar energías renovables y limpias (y por tanto contribuir al desarrollo sostenible y la conservación ambiental). Sus impactos en los ecosistemas marinos son muy poco conocidos o totalmente desconocidos, y solemos aplicar el paradigma terrestre que hasta el momento valora sólo el impacto paisajístico.

La base del problema: (la ausencia de) derechos de propiedad

Segundo problema: ¿Quiénes deben decidir el uso de la zona costera?, y ¿quiénes, cómo y cuando deben ser consultados?.
Además, necesitamos tener una política estratégica de uso de la zona costera. ¿A qué queremos dedicar estos ecosistemas?, ¿quiénes pueden ser sus beneficiarios directos?, ¿en que condiciones?. Una vez definamos los derechos y la estrategia de uso del litoral contaremos con los instrumentos legales y organizativos para planificar la gestión de la zona costera y poder tomar decisiones sobre si determinados proyectos deben o no llevarse a cabo y en que condiciones.

El futuro

Las propuestas de parques eólicos, así como la demanda cada vez mayor de espacios costeros para instalaciones de acuicultura, deberían representar una oportunidad para definir claramente que queremos hacer con nuestra zona costera.

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